martes, 25 de noviembre de 2014

TÉCNICAS DE COMPRENSIÓN



TÉCNICAS DE LECTURA

PRIMERA TÉCNICA EXAMEN Y REPASO

En conclusión, todas las técnicas señalan caminos similares para llegar finalmente a la selección de ideas e interpretación del mensaje.

Esta primera técnica comprende cuatro etapas:

1) Examinen el libro-.

Consiste en la observación panorámica del libro para formarnos una opinión acerca de su contenido y la manera de tratarlo. Esta observación se logra leyendo la introducción o prólogo, el índice general y algunos párrafos de algún tema que conozcamos mejor.

2) Formular preguntas:

Con base en los Índices, subtítulos, epígrafos, etc., la finalidad es comprobar si la lectura responde o no a esas preguntas.

3) Leer:

Se deberá adoptar una posición adecuada. Se podrán subrayar las ideas principales y consultar las palabras de difícil comprensión en el diccionario.

4) Repasar:

Se sugiere que al terminar cada apartado o unidad, el lector repita con sus propias palabras el contenido. Si lo hace puede estar seguro de que lo ha asimilado.

SEGUNDA TÉCNICA LECTURA DE COMPRENSIÓN

Es aquella que en un texto (científico, técnico, escolar, etc.) nos permite captar el contenido de este, es decir, sus enunciados nucleares y sus jerarquías conceptuales.

Etimológicamente Comprensión significa alcanzar o captar algo. Toda lectura en sentido estricto, debiera ser lectura de comprensión, ya que su finalidad es el significado de las palabras que describen los objetos o las ideas. El lector autentico debe ser capaz de traducir a sus términos cotidianos la experiencia que le dejo la lectura y relatarla en palabras comprensibles para el y para las personas que tengan su mismo nivel. En las obras informativas lo principal es el contenido, en tanto que en las expresivas lo que más importa es la forma.

Pasos de la lectura de comprensión:

1) Realizar una lectura general del texto.

2) Localizar e investigar los términos desconocidos.

3) Señalar las palabras clave y analizar la relación entre ellas.

4) Enunciar el tema en forma breve, clara y precise.

5) Formular preguntas para identificación de las ideas principales.

6) Resolver el cuestionario incluyendo las preguntas.

7) Elaborar el resumen con base a las respuestas.

Todas las técnicas para una eficiente lectura de comprensión, tienen que referirse a la captación de los dos elementos del contenido. Aquí sugerimos las siguientes:

a) Formulación de preguntas:

Para captar la idea principal o el enunciado nuclear de un párrafo, ayuda mucho la formulación de preguntas adecuadas. Si podemos dar respuesta a tales preguntas, habremos captado lo que nos interesaba de este párrafo, de esa página, de ese capítulo, etc.

b) Relaciones terminológicas:

El otro aspecto del contenido es la jerarquía entre los conceptos. En la terminología propia de un texto -sobre todo en los científicos y en los escolares- se encuentran varios niveles. En primer nivel, o nivel básico, están los términos para cuya comprensión basta una definición ostensiva, es decir mostrar los objetos a que se refiere. Habrá términos en segundo nivel, los cuales, para ser comprendidos, necesitan ser definidos recurriendo a los del primer nivel. Asimismo, habrá términos mas cargados de significado, cuya comprensión solo Serra posible recurriendo a las significaciones de otros términos de niveles anteriores. Para obtener una comprensión complete de un texto, el ideal serio jerarquizar sus conceptos haciendo explicitas los relaciones que se encuentran entre ellos.

EJEMPLO

Dice la física:

(1) Potencia es el trabajo efectuado en la unidad de tiempo.

(2) Trabajo es el desplazamiento que realiza un cuerpo por la acción de una fuerza.

(3) Fuerza es toda causa capaz de producir un movimiento o modificarlo.

El concepto (1) es de cuarto nivel, porque para entenderlo necesitamos “tiempo” que es de nivel tres.

El concepto (2) es de nivel tres, ya que para entenderlo necesitamos conocer “desplazamiento” y “cuerpo”, que son de nivel uno y “fuerza”, que es de nivel dos.

El concepto (3) es de nivel dos porque para entenderlo necesitamos conocer “movimiento” que es de nivel uno, I “términos”, “cuerpo”, “tiempo”, “movimiento” y “desplazamiento” son de nivel uno, porque para conocer su significado nos basta con una definición ostensiva.

c) Mecanismos externos:

Existen algunos auxiliares para la aplicación de cualquier técnica de lectura, que se conocen como mecanismos externos, por ejemplo:

1) Subrayar a lápiz algunas frases.

2) Tomar nota en algún cuaderno.

3) Hacer resúmenes y síntesis.

De estos los principales son el resumen y la síntesis. Ambos auxiliares son una prueba o manifestación de que el sujeto efectivamente realicé una lectura de comprensión. El resumen consiste en un extracto del texto o párrafo leídos. El resumen debe contener los enunciados nucleares, con las propias palabras del autor.

La síntesis es una captación de más alto nivel que el resumen y consiste en dos pasos:

1) Traducir al lenguaje propio el contenido del texto.

2) Explicar las relaciones jerárquicas que hay entre los términos o conceptos de dicho texto.

PARÁFRASIS.

Proviene de los vocablos: Para: junto, al lado de. Phrasis: Locución.

“La paráfrasis se considera una traducción que imita el texto original pero sin reproducirlo con exactitud”.

“La paráfrasis es una forma de descodificación que muestra de manera objetiva como se ha comprendido la información proporcionada por un texto”.

Es la interpretación personal de un texto.

PARAFRASEAR: / Habilidad que requiere de gran capacidad de comprensión como lector, puesto que, comprender el mensaje de un texto, equivale a realizar la mitad del proceso comunicativo, pues la intención de quien escribe es provocar una reacción de quien recibe el mensaje.

Pasos para realizar una paráfrasis:

1.- Lee cuidadosamente el texto

2.- Consulta en el diccionario las palabras que no hayas entendido.

3.- Identifica el mensaje esencial.

4.- Escribe las palabras clave del texto y cámbialas por sus sinónimos.

5.- Redacta el borrador de la paráfrasis

6.- Realiza la redacción definitiva.

Ventajas que ofrece la paráfrasis como forma de expresión.

·         Ayuda a explicar y comprender mejor el mensaje de un texto.

·         Contribuye a aprender más adecuadamente la información que proporciona un texto.

·         Manifiesta una forma de respuesta por parte del lector.

·         Conduce a un mejor desarrollo de las capacidades de estudio.

·         Constituye un recurso útil para la elaboración de fichas de trabajo.

·         Propicia la selección de un vocabulario adecuado.

EJERCICIO

TEXTO ORIGINAL:

DEMOGRAFÍA

La demografía (del gr. demos, pueblo y grapho, describir), es una importante disciplina auxiliar de la Economía que tiene por base la estadística de la población. Si para la Política Económica es imprescindible el conocimiento de los recursos naturales y de los bienes de capital disponibles, es aún más interesante saber con qué potencial humano se cuenta y como está constituido. En México, los Censos Generales de Población se levantan cada diez años y captan diversos informes sobre las características de los individuos, como son: sexo, edad, grado de escolaridad, alimentación, ocupación, estado civil, etc. Se han realizado hasta la fecha 10 censos de este tipo, el próximo se efectuara en marzo de 1990. La información censal se presenta en un resumen general, con datos generales y por entidades federativas. Además, se publican en volúmenes especiales para cada una de las entidades de la Republica, con cifras por municipios. La elaboración de estadísticas permanentes, permite utilizar los datos so­bre la población del país en los años censales. (*)

1*1 Economía.- Carlos Magaña 5. Ed. Porrúa. 13ª. edición. México, 1982.

PARÁFRASIS

DEMOGRAFÍA

La palabra Demografía, proviene del gr. demos, que significa  pueblo y grapho, describir.

La Demografía es una disciplina auxiliar de la Economía, que  permite conocer con que potencial humano se cuenta y como está constituido.

En México los Censos Generales de Población se realizan cada diez años y captan diversos informes sobre las características de la población.

Estos datos son importantes para planear el crecimiento económico del país.



RESUMEN:

Es la exposición reducida de un texto. Es distinguir las ideas esencia-les de un texto.

PASOS PARA ELABORAR UN RESUMEN:

1.- Leer: Realice una lectura general y otro párrafo .

2.-Comprender: Interpreta con tu vocabulario el Texto.

3.-Seleccionar: Distingue las ideas esenciales.

4.-Escribir: Enlaza adecuadamente las ideas.

5.-Comparar: Revise que el nuevo Texto, incluya las ideas del autor.

¿PARA QUE SIRVE EL RESUMEN?

·         Para comprender mejor un tema

·         Pare estudiar con mayor facilidad un tema, un capitulo o una obra.

·         Poder estructurar un examen.

EJEMPLO

TEXTO ORIGINAL:

“Es muy bonito que las personas se ayuden entre si; ayude a su compañero. El agradecerá que comparta el cargo del matrimonio, las relaciones, los pequeños detalles de la vida diaria, y le deje tiempo para las situaciones que verdaderamente necesitan la intervención masculina. Por ejemplo, el mundo del automóvil no es tan privativo del varón como parece; colabore, señora, interesándose por el funcionamiento del coche, lo mismo que las personas, el automóvil necesita alimentación y verificaciones periódicas para obtener  un mejor funcionamiento. Por las mañanas, revise el nivel del agua del radiador, cerciórese que la presión de las llantas es correcta, ponga en marcha el auto, pero no arranque de inmediato, espere un momento a que la bomba del aceite lubrique los componentes y, especialmente, los balines de las punterías”.

RESUMEN

“Ayude a su compañero, el le agradecerá que comparta la carga del matrimonio, las relaciones, los pequeños detalles de la vida cotidiana; colabore, señora, interesándose por el funcionamiento del coche. Lo mismo que las personas, el automóvil necesita alimentación y verificaciones periódicas para obtener  un mejor funciona­miento”

1*1 Taller de L lectura y Redacción. Eva Lidia Oseguera. Edit. Trillas 3ª. Edición. México. V

SÍNTESIS

La palabra síntesis, proviene del vocablo latino synthesis= Composición-unión.

“Composición de un todo por la reunión de sus partes”

“Es el compendio de algunos aspectos de un Texto, no de todos, solo de los más importantes”

“La síntesis no es detallada, es general”

“La síntesis se expresa con tu propio vocabulario”

Elaboración de una síntesis:

Esta es muy sencilla, sigue los siguientes pasos:

·         Realiza una lectura general del texto.

·         Localiza la idea básica de cada párrafo

·         Busca en el diccionario las palabras de difícil significado

·         Enlaza las ideas básicas de cada párrafo (resumen)

·         Cambia las palabras que usa el autor por las que tú utilizas. Puedes agregar un comentario.

EJEMPLO

TEXTO ORIGINAL:

ELEMENTOS ARTÍSTICOS DEL ARTE GÓTICO (J. Manuel Lozano)

El arte gótico en cuanto a sus elementos arquitectónicos, es una evolución del románico. La palabra gótico según Vasari, la utilizo por primera vez Rafael Sanzio para designar el periodo artístico anterior al Renacimiento y gótico vino a significar arte bárbaro, aunque creemos que de forma intencionada hubo una asimilación de diptongo y la palabra no debía de ser gótico, sino poético, que quiere decir mágico, pues el arte ojival parece una arquitectura producida por verdaderos magos.

El arquitecto gótico ignoro la ley de la gravedad y su verdadera obsesión fue la verticalidad. Hubo un verdadero afán por la luz y procuro prescindir de los gruesos muros del románico que tenían que soportar las pesadas bóvedas de canon; para esto se sirvió de nuevos materiales como el cemento y el hierro; es por ello que el muro llego a perder su función de soporte y pudo ser sustituido por las policromas vidrieras. El origen del arte gótico está en Francia y se inició en los primeros años del siglo XIII, aunque su principal característica que es la bóveda ojival de crucería ya había sido usada por los musulmanes españoles. Los elementos básicos de la arquitectura ojival son el área apuntado y la bóveda de crucería; esta acumula los empujes de peso en un punto determinado y con ello desaparecen los macizos muros románicos que serán sustituidos por amplios vanos. Pero el peso es distribuido entre los arbotantes y los estribos que rematan en pináculos.

Las bóvedas descansan sobre pilares que tienen un muro central de columnas adosadas o baquetones; el número de columnas depende del número de nervios de la bóveda; las ventanas o vanos están limitados por un arco ojival con esbeltas columnas de fina tracería.

1*1 Taller de lectura y redacción II. Andrés Alcántara Campos. Universidad de Guanajuato.

SÍNTESIS:

Según la historia del arte, el origen del arte gótico fue en Francia a principio del siglo XIII. La palabra gótico la utiliza por primera vez Rafael Sanzio para designar el periodo anterior al Renacimiento. La arquitectura gótica empleo el cemento y el hierro en las construcciones, sustituyendo los muros por luminosas vidrieras de colores. Los elementos arquitectónicos básicos fueron el arco apuntado y la bóveda de crucería.

 CUADRO SINÓPTICO

“Es la representación gráfica, objetiva y partes esenciales de un todo”.

“Es una estructura de las partes importantes de un asunto”.

PASOS PARA ELABORAR EL CUADRO SINÓPTICO:

1.- Realiza una lectura general del Texto

2.-Localiza los apartados (títulos, subtítulos, inicios, etc., mas importantes del tema.)

3.-Escribe las ideas principales.

4.-Relaciona los contenidos.

5.-Elabora el esquema.

CONTENIDO DEL CUADRO SINÓPTICO:

El Cuadro Sinóptico contiene una enumeración, una clasificación, una división.

VENTAJAS DEL CUADRO SINÓPTICO:

·         Permite almacenar gran cantidad de información.

·         Despierta tu creatividad.

·         Pone en práctica tu capacidad para discernir

·         Facilita el estudio.

ACTTIVIDAD

1.       ¿Qué técnica utilizas para estudiar?

2.       Mapa mental http://youtu.be/pKWtr45Wkq8  mapa conceptual  http://youtu.be/wp9bEEg1Cew   comenta con tus compañeros los vídeos.

jueves, 8 de mayo de 2014

Disertación

DISERTACIÓN
Tipos de disertación oral.
Una disertación oral consiste en hablar ante un auditorio de un tema que se conoce o se ha preparado previamente. Tipos:
Alocución exposición breve de forma espontánea
Charla explica un tema de interés
Conferencia más elaborada que la charla, con temas de carácter científico, político o cultural. Suele ser espontánea y oral.
Discurso tiene como finalidad convencer de algo mediante la palabra, tiene varias modalidades como el mitin el sermón y la arenga.
La tertulia.
Una tertulia es un diálogo entre varias personas, es una especie de coloquio regular
(se organiza de tiempo en tiempo) que suele tener lugar en el seno de un grupo poco numeroso en el que todos exponen sus puntos de vista sobre el tema del que trata la tertulia, suele haber un moderador pero no es imprescindible.
La mesa redonda.
Es una técnica de comunicación en la que varios especialistas aportan puntos de vista divergentes o contrapuestos sobre un mismo tema. Tiene unas condiciones:
Se fija un tiempo por cada participante.
Existe un moderador que la coordina.
Solo al final hay participación del auditorio.
Funciones del moderador:
Presentar a los participantes
Otorgar el turno de palabra
Extraer conclusiones finales.
La conferencia.
Es una forma de comunicación oral que tiene rasgos comunes con la exposición pero emplea recursos de los argumentos, recurre a demostraciones y extrae conclusiones.
Características:
Es un a forma de comunicación oral
Hay un solo emisor, especialista en la materia que trata
El mensaje se transmite en un tiempo fijado
Existen múltiples receptores pero no intercambio de mensajes
La posibilidad de preguntas finales da paso al coloquio.
La disertación consiste en una exposición oral individual en la que se desarrolla un tema con la intención de analizar a fondo uno de sus aspectos, exponer un punto de vista e invitar a nuevas reflexiones. Es un proceso intenso de comunicación, dado que, al igual que los discursos oratorios y las exposiciones de clase, existe un solo emisor que guía el proceso y que, de manera simultánea, realiza dos grupos de acciones físicas y mentales:
  • a) Las acciones que implica el desarrollo y expresar un orden de ideas coherente, cuidando de todas las condiciones en las que se produce el mensaje: manejo de la voz, expresión corporal y apoyos visuales.
  • b) Las acciones que implica atender a los receptores y estar al tanto de su adecuado vínculo y compresión del tema.
Las características de una disertación deben ser:
  1. Expone de manera congruente una perspectiva sobre un tema de interés para los receptores.
  2. Sustenta la exposición mediante una estructura lógico-argumentativa de ideas.
  3. Tiene un tono más natural que el discurso, no debe leerse sino presentarse con una estructura fluida, comentada.
  4. Puede plantear interrogantes y reflexiones, más que respuestas y soluciones. ¿Qué aporta una disertación?
Consiste básicamente en un ejercicio de razonamiento, en el cual se involucra a los receptores en una reflexión de un tema que es considerado relevante. Se espera de una disertación que le abra al espectador nuevas perspectivas sobre el tema y le despierte curiosidad sobre cierto(s) aspecto(s) del mismo, más que ofrecerle datos o conclusiones de manera concreta. Pude decirse que se trata más de un texto reflexivo que informativo.
Para ello, la disertación cuenta con una estructura básica que consta de:

  • Entrada. Se trata de la puesta en común del emisor con los receptores y el tema, debe captar la atención, despertar curiosidad y empatía.
  • Exposición. Se trata de presentar a la audiencia la perspectiva o enfoque de la reflexión que se hará sobre el tema.
  • Desarrollo. Se elabora una secuencia lógica de ideas y ejemplos que permite ir guiando a la audiencia hacia nuestra línea de reflexión. Se recomienda en esta parte dirigirse a la audiencia en segunda persona, así como plantearles preguntas.

ACTIVIDADES
1. Elabora una paráfrasis de la disertación.
2. Escribe un discurso para tú mamá.

jueves, 27 de marzo de 2014

TEXTOS LITERARIOS Y LA DISERTACIÓN

TEXTOS LITERARIOS
Por Julieta Alvin
Como toda ciencia, arte o técnica, la literatura maneja una serie de términos privados a los cuales les da significado especial.
    Para leer a cabalidad una obra literaria se requiere analizarla, lo cual significa penetrar en su universo y desmenuzarla cuidadosamente a fin de reconocer los diversos aspectos que la conforman. Este trabajo complejo permite evaluarla demostrando sus calidades.
    Cuando examinamos una obra literaria ponemos especial atención en:
  El argumento y el tema
  La originalidad de presentación
  La claridad de exposición
  La habilidad del autor para sorprender nuestras expectativas
 La importancia que la obra tiene dentro de la historia literaria de la humanidad

  Al finalizar el desmembramiento de la obra, conoceremos cuáles fueron los recursos usados, qué intención abrigó el autor al redactarla, cuáles eran sus preferencias y habilidades para la elaboración estructural del universo interno del texto literario. En este momento el lector puede interpretar el anhelo del artista y proceder a juzgar si consiguió plasmar a través del arte verbal su objetivo.
Argumento
Desde la época clásica se considera que una narración literaria debe contar con ciertos componentes indispensables. Estos componentes son personajes, universo interno, estructura, forma, estilo. Para ubicar cada uno de estos componentes, el camino más fácil consiste en redactar de manera sintética el argumento, es decir, el contenido de la obra.
    Cuando un lector cuenta lo ocurrido en una obra (es decir, lo que pasó en la obra), ya sea relato, teatro y aun, poesía, inconscientemente incorpora cada uno de los componentes antes mencionados. Por ejemplo, el argumento de Pedro Páramo, la novela del mexicano Juan Rulfo, podría escribirse así:
El joven Juan, hijo de Dolores Preciado y Pedro Páramo, regresó a Comala porque prometió a su madre agonizante que iría a cobrarle a su padre el abandono en que los tuvo por más de veinte años.

    Pedro Páramo fue cacique de Comala; cuando Juan llegó, ya había muerto y con él, el pueblo. Sucedió que Pedro, desde niño, amaba a Susana San Juan y sólo pudo desposarla cuando ella había enloquecido por la pérdida de Florencio, su marido. El poderoso cacique se entregó al cuidado de la enferma. Cuando ella murió, los comaleños olvidaron el dolor de su amo y festejaron al santo patrón. Pedro juró vengarse y dejó que el pueblo se hundiera en las epidemias y el hambre. Por eso Juan sólo encontró un lugar en ruinas habitado por fantasmas quienes, desde sus tumbas, reviven sus amores, sus rencores y sus crímenes. Espantado por los murmullos del pueblo, Juan sucumbió al terror y se convirtió en otro fantasma.
De inmediato es posible reconocer algunos de los componentes enunciados:
 
  El ambiente espectral de Comala
  Los sentimientos de Pedro, Juan, Dolores, Susana, personajes de este universo interno irreal

Otros componentes se descubrirán al leer la obra completa; sin embargo, el argumento ha mostrado lo esencial de este relato literario.
Personajes
En el desarrollo de una obra, los personajes se distinguen por la importancia de sus actuaciones. Los que mayor gravitación tengan serán protagonistas y antagonistas. Si su fuerza de acción disminuye pasarán a ser principales, secundarios, de marco, colectivos y de ausencia.
    El autor, según sus necesidades, trazará la figura de cada personaje. Habrá ocasiones en las que consiga perfilar un personaje secundario con tanta habilidad que éste se vuelva imprescindible y quede en la memoria del lector con mayor fuerza que el protagonista. Por ejemplo en la novela El astillero, del uruguayo Juan Carlos Onetti, el protagonista, Larsen, el "junta cadáveres", es un aventurero cínico y fanfarrón, con poses de galán cinematográfico que logra enamorar a Angélica Inés, hija de Jeremías Petrus, dueño del astillero. Cuando el viejo Petrus, personaje secundario, es denunciado por estafa y la fábrica va a la quiebra, Larsen descubre cómo su suegro aceptó la boda para responsabilizarlo del robo; así, queda recordado por su perfidia.
    Los escritores otorgan al protagonista y al antagonista toda la fuerza; de ellos dependen tanto la historia como el carácter de los demás personajes. Inclusive, del talento del protagonista arranca el clima emocional de la historia.
    En la novela Los memoriales de mamá Blanca, de la venezolana Teresa de la Parra, la autora evoca su infancia transcurrida en la hacienda familiar "El Tazón", lugar donde ella y sus cinco hermanitas disfrutan la libertad de jugar en los campos, bañarse en los ríos y cabalgar al cuidado de sus criadas y de la institutriz. Los peones, limpios de corazón, acompañan el paraíso infantil. La protagonista, espontánea, tierna y humorista determina el ambiente jovial; los demás personajes comparten el ánimo campestre.
    En los relatos clásicos el "héroe" --casi siempre protagonista-- y el "antihéroe" --o antagonista-- tienen toda la importancia. El ecuatoriano Juan León Mera publicó Cumandá, un drama entre salvajes. La obra se inspiró en la tradición. El
 
Comentario de texto literario
Comentario de texto literario, valoración de un texto para comprobar, por medio de diversas técnicas, su carácter literario.
Comentar un texto no es glosar su contenido. Sólo si se abarca su totalidad, y cada una de sus ideas se relaciona con las demás, el texto tiene sentido, y se percibe la función de todas las palabras. El lector espera reconocer en el texto unos rasgos que responden al género en que se inscribe. Los límites del texto, que marcan estrofas y rasgos de los diferentes géneros, encuadran su diseño interior. Para que el texto alcance todo su sentido, hay que conocer los instrumentos manejados por el escritor, las figuras retóricas, las referencias culturales. Sólo así se puede vincular la obra al contexto literario.
El lector recibe del autor un mensaje, cuyo fin es este mensaje como forma; percibe en sus interrelaciones, la actitud, el tema, la estructura y el mensaje del texto, y concibe su esencia simbólica, su función histórica y su valor poético.
Procedimiento de análisis literario
Cada texto exige una técnica de análisis que ponga de relieve sus rasgos más significativos, por lo que es necesario, en primer lugar, situar el texto en su marco histórico-literario. El modo de actuar varía según se trate de una obra completa, de un texto completo o de un fragmento, e igualmente si se conoce el nombre del autor, el título y la fecha de la obra. Si se sabe el nombre del autor, se utilizan los medios de consulta necesarios para situar la obra en la etapa del autor a la que ésta pertenezca. Si todos los datos aparecen en el texto, no hay mayor problema que la consulta en un manual de Literatura con el fin de obtener una mayor información sobre el autor, obra, fecha, periodo, características generales de la época y movimiento al que pertenece el texto, relación con otros movimientos artísticos y culturales del momento, características del autor, característica de la obra o fragmento, objeto del análisis.
Características literarias.
Para analizar las características literarias de un texto hay que determinar:
Género literario y forma de expresión: Identificación del género y subgéneros, señalando su originalidad y características del autor; la forma de expresión (narración, diálogo, descripción...) y, por último, si se trata de un texto en prosa o verso con sus características.
Análisis del contenido (relación del autor con la obra): Actitud ante la realidad (externa/interna); postura del autor (objetiva/subjetiva, irónica, crítica...); punto de vista (estilo directo/indirecto, utilización de primera, segunda o tercera persona) e implicación del autor en el texto.
Argumento y tono: Tipo de argumento y esquema argumental. Hay que observar las características (descriptivo, narrativo, digresivo) y el tono (optimista, pesimista...).
Estructura del contenido: Estructura del texto (núcleos y subnúcleos estructurales, sus relaciones y características) y modelos estructurales (analizante, sintetizante, paralela, atributiva...).
Tema e idea central. Precisar el tema: Características y cualidades.
Análisis de forma
Es el momento culminante del análisis, cuando afloran los niveles literarios utilizados por el autor; para eso hay que analizar todos los recursos del lenguaje literario y su función poética.
En el análisis formal, se debe analizar los diferentes planos: Plano fonético-fónico, peculiaridades: figuras retóricas basadas en el sonido (onomatopeyas, aliteración, paronomasia, asonancia, aféresis).
Acento y entonación. Ritmo de la prosa (ritmo lingüístico, de pensamiento, de intensidad, cuantitativo, silábico, tonal...). Análisis métrico del texto en verso (véase Versificación). Medida (cómputo silábico). El acento: tipo de versos (octosílabo, endecasílabo...). Rima (total o parcial). Tipos de estrofas (cuarteto, serventesio, quinteto, octava real, soneto...). Poema (romance, silva, letrilla...).
Planos morfológico y sintáctico. Interpretación de las diferentes posibilidades expresivas que ofrece el texto en relación con el contenido. Análisis de las categorías gramaticales y sus conexiones. Comentario de texto lingüístico. Análisis y estructura del texto (simetrías, paralelismo, diálogo, descripción). Figuras retóricas: por adición de palabras (paráfrasis, pleonasmo, sinonimia...); por omisión de palabras (elipsis, asíndeton); por repetición de palabras (anáfora, reduplicación, concatenación, polisíndeton); por analogía (derivación, dilogía, calambur, hipérbaton).
Plano semántico, determinar las peculiaridades del texto que se comenta, relacionándolo con el contenido; características del léxico, elementos emotivos y afectivos. El significado de las palabras en el texto. La connotación, como característica del lenguaje literario (polisemia, antonimia, homonimia...). Los cambios semánticos: tropos (sinécdoque, metonimia, metáfora, alegoría, símbolo...). Figuras retóricas (prosografía, retrato, enumeración, hipérbole, prosopopeya, apóstrofe, paradoja...) y, finalmente, valoración del texto, reconocer el sentido histórico-social y apreciar el valor poético del texto como realización de un artista en un género.
Juan Rulfo
(México, 1918-1986)

La cuesta de las comadres
Originalmente publicado en la revista América
Nº 55, febrero, 1948
(El llano en llamas, 1953)
Los difuntos Torricos siempre fueron buenos amigos míos. Tal vez en Zapotlán no los quisieran pero, lo que es de mí, siempre fueron buenos amigos, hasta tantito antes de morirse. Ahora eso de que no los quisieran en Zapotlán no tenía ninguna importancia, porque tampoco a mí me querían allí, y tengo entendido que a nadie de los que vivíamos en la Cuesta de las Comadres nos pudieron ver con buenos ojos los de Zapotlán. Esto era desde viejos tiempos

 Por otra parte, en la Cuesta de las Comadres, los Torricos no la llevaban bien con todo mundo. Seguido había desavenencias. Y si no es mucho decir, ellos eran allí los dueños de la tierra y de las casas que estaban encima de la tierra, con todo y que, cuando el reparto, la mayor parte de la Cuesta de las Comadres nos había tocado por igual a los sesenta que allí vivíamos, y a ellos, a los Torricos, nada más un pedazo de monte, con una mezcalera nada más, pero donde estaban desperdigadas casi todas las casas. A pesar de eso, la Cuesta de las Comadres era de los Torricos. El coamil que yo trabajaba era también de ellos: de Odilón y Remigio Torrico, y la docena y media de lomas verdes que se veían allá abajo eran juntamente de ellos. No había por qué averiguar nada. Todo mundo sabía que así era.

Sin embargo, de aquellos días a esta parte, la Cuesta de las Comadres se había ido deshabitando. De tiempo en tiempo, alguien se iba; atravesaba el guardaganado donde está el palo alto, y desaparecía entre los encinos y no volvía a aparecer ya nunca. Se iban, eso era todo.

 Y yo también hubiera ido de buena gana a asomarme a ver qué había tan atrás del monte que no dejaba volver a nadie; pero me gustaba el terrenito de la Cuesta, y además era buen amigo de los Torricos.

 El coamil donde yo sembraba todos los años un tantito de maíz para tener elotes, y otro tantito de frijol, quedaba por el lado de arriba, allí donde la ladera baja hasta esa barranca que le dicen Cabeza del Toro.

 Seguro eso pasó
 El lugar no era feo; pero la tierra se hacía pegajosa desde que comenzaba a llover, y luego había un desparramadero de piedras duras y filosas como troncones que parecían crecer con el tiempo. Sin embargo, el maíz se pegaba bien y los elotes que allí se daban eran muy dulces. Los Torricos, que para todo lo que se comían necesitaban la sal de tequesquite, para mis elotes no, nunca buscaron ni hablaron de echarle tequesquite a mis elotes, que eran de los que se daban en Cabeza del Toro.

 Y con todo y eso, y con todo y que las lomas verdes de allá abajo eran mejores, la gente se fue acabando. No se iban para el lado de Zapotlán, sino por este otro rumbo, por donde llega a cada rato es viento lleno del olor de los encinos y del ruido del monte. Se iban callados la boca, sin decir nada ni pelearse con nadie. Es seguro que les sobraban ganas de pelearse con los Torricos para desquitarse de todo el mal que les habían hecho; pero no tuvieron ánimos

 La cosa es que todavía después de que murieron los Torricos nadie volvió más por aquí. Yo estuve esperando. Pero nadie regresó. Primero les cuidé sus casas; remendé los techos y les puse ramas a los agujeros de sus paredes; pero viendo que tardaban en regresar, las dejé por la paz. Los únicos que no dejaron nunca de venir fueron los aguaceros de mediados de año, y esos ventarrones que soplan en febrero y que le vuelan a uno la cobija a cada rato. De vez en cuando, también, venían los cuervos; volando muy bajito y graznando fuerte como si creyeran estar en algún lugar deshabitado. 

 Así siguieron las cosas todavía después de que se murieron los Torricos. Antes, desde aquí, sentado donde ahora estoy, se veía claramente Zapotlán. En cualquier hora del día y de la noche podía verse la manchita blanca de Zapotlán allá lejos. Pero ahora las jarillas han crecido muy tupido y, por más que el aire las mueve de un lado para otro, no dejan ver nada de nada.

 Me acuerdo de antes, cuando los Torricos venían a sentarse aquí también y se estaban acuclillados horas y horas hasta el oscurecer, mirando para allá sin cansarse, como si el lugar este les sacudiera sus pensamientos o el mitote de ir a pasearse a Zapotlán. Sólo después supe que no pensaban en eso. Únicamente se ponían a ver el camino: aquel ancho callejón arenoso que se podía seguir con la mirada desde el comienzo hasta que se perdía entre los del cerro de la Media Luna.
Yo nunca conocí a nadie que tuviera un alcance de vista como el de Remigio Torrico. Era tuerto. Pero el ojo negro y medio cerrado que le quedaba parecía acercar tanto las cosas , que casi las traía junto a sus manos. Y de allí a saber
que bultos se movían por el camino no había ninguna diferencia. Así, cuando su ojo se sentía a gusto teniendo en quien recargar la mirada, los dos se levantaban de su divisadero y desaparecían de la Cuesta de las Comadres por algún tiempo

 Eran los días en que todo se ponía de otro modo aquí entre nosotros. La gente sacaba de las cuevas del monte sus animalitos y los traía a amarrar en sus corrales. Entonces se sabía que había borregos y guajolotes. Y era fácil ver cuántos montones de maíz y de calabazas amarillas amanecían asoleándose en los patios. El viento que atravesaba los cerros era más frío que otras veces; pero, no se sabía por que, todos allí decían que hacía muy buen tiempo. Y uno oía en la madrugada que cantaban los gallos como en cualquier lugar tranquilo, y aquello parecía como si siempre hubiera habido paz en la Cuesta de las Comadres.
 Luego volvían los Torricos. Avisaban que venían desde antes que llegaran, porque sus perros salían a la carrera y no paraban de ladrar hasta encontrarlos. Y nada más por los ladridos todos calculaban la distancia y el rumbo por donde irían a llegar. Entonces la gente se apuraba a esconder otra vez sus cosas. Siempre fue así el miedo que traían los difuntos Torricos cada vez que regresaban a la Cuesta de las Comadres

 Pero yo nunca llegué a tenerles miedo. Era buen amigo de los dos y a veces hubiera querido ser un poco menos viejo para meterme en los trabajos en que ellos andaban. Sin embargo, ya no servía yo para mucho. Me di cuenta aquella noche en que les ayudé a robar a un arriero. Entonces me di cuenta de que me faltaba algo. Como que la vida que yo tenía estaba ya muy desperdiciada y no aguantaba más estirones. De eso me di cuenta.

 Fue como a mediados de las aguas cuando los Torricos me convidaron para que les ayudara a traer unos tercios de azúcar. Yo iba un poco asustado. Primero, porque estaba cayendo una tormenta de esas en que el agua parece escarbarle a uno por debajo de los pies. Después, porque no sabía adónde iba. De cualquier modo, allí vi yo la señal de que no estaba hecho ya para andar en andanzas.

 Los Torricos me dijeron que no estaba lejos el lugar adonde íbamos. “En cosa de un cuarto de hora estamos allá”, me dijeron. Pero cuando alcanzamos el camino de la Media Luna comenzó a oscurecer y cuando llegamos a donde estaba el arriero era ya alta la noche.

 El arriero no se paró a ver quién venía. Seguramente estaba esperando a los Torricos y por eso no le llamó la atención vernos llegar. Eso pensé. Pero todo el rato que trajinamos de aquí para allá con los tercios de azúcar, el arriero se estuvo quieto, agazapado entre el zacatal. Entonces le dije eso a los Torricos. Les dije:
 —Ese que está allí tirado parece estar muerto o algo por el estilo.
 —No, nada más ha de estar dormido —me dijeron ellos—. Lo dejamos aquí cuidando, pero se ha de haber cansado de esperar y se durmió.

 Yo fui y le di una patada en las costillas para que despertara; pero el hombre siguió igual de tirante.

 —Está bien muerto —les volví a decir.

 —No, no te creas, nomás está tantito atarantado porque Odilón le dio con un leño en la cabeza, pero después se levantará. Ya verás que en cuanto salga el sol y sienta el calorcito, se levantará muy aprisa y se irá en seguida para su casa. ¡Agárrate ese tercio de allí y vámonos! —fue todo lo que me dijeron.

 Ya por último le di una última patada al muertito y sonó igual que si se la hubiera dado a un tronco seco. Luego me  eché la carga al hombro y me vine por delante. Los Torricos me venían siguiendo.

 Los oí que cantaban durante largo rato, hasta que amaneció. Cuando amaneció dejé de oírlos. Ese aire que sopla tantito antes de la madrugada se llevó los gritos de su canción y ya no pude saber si me seguían, hasta que oí pasar por todos lados los ladridos encarrerados de sus perros.

 De ese modo fue como supe qué cosas iban a espiar todas las tardes los Torricos, sentados junto a mi casa de la Cuesta de las Comadres.

 A Remigio Torrico yo lo maté.

 Ya para entonces quedaba poca gente entre los ranchos. Primero se habían ido de uno en uno, pero los últimos casi se fueron en manada. Ganaron y se fueron, aprovechando la llegada de las heladas. En años pasados llegaron las heladas y acabaron con las siembras en una sola noche. Y este año también. Por eso se fueron. Creyeron seguramente que el año siguiente sería lo mismo y parece que ya no se sintieron con ganas de seguir soportando las calamidades del tiempo todos los años y la calamidad de los Torricos todo el tiempo.

 Así que, cuando yo maté a Remigio Torrico, ya estaban bien vacías de gente la Cuesta de las Comadres y las lomas de los alrededores.

 Esto sucedió como en octubre. Me acuerdo que había una luna muy grande y muy llena de luz, porque yo me senté afuerita de mi casa a remendar un costal todo agujerado, aprovechando la buena luz de la luna, cuando llegó el Torrico.

 Ha de haber andado borracho. Se me puso enfrente y se bamboleaba de un lado para otro, tapándome y destapándome la luz que yo necesitaba de la luna.

 —Ir ladereando no es bueno —me dijo después de mucho rato—. A mí me gustan las cosas derechas, y si a ti no te gustan, ahí te lo haiga, porque yo he venido aquí a  enderezarlas.

 Yo seguí remendando mi costal. Tenía puestos todos mis ojos en coserle los agujeros, y la aguja de arria trabajaba muy bien cuando la alumbraba la luz de la luna. Seguro por eso creyó que yo no me preocupaba de lo que decía:

 —A ti te estoy hablando —me gritó, ahora sí ya corajudo—. Bien sabes a lo que he venido.

 Me espanté un poco cuando se me acercó y me gritó aquello casi a boca de jarro". Sin embargo, traté de verle la cara para saber de qué tamaño era su coraje y me le quedé mirando, como preguntándole a qué había venido.

 Eso sirvió. Ya más calmado se soltó diciendo que a la gente como yo había que agarrarla desprevenida.
 —Se me seca la boca al estarte hablando después de lo que hiciste —me dijo—; pero era tan amigo mío mi hermano como tú y sólo por eso vine a verte, a ver cómo sacas en claro lo de la muerte de Odilón.

 Yo lo oía ya muy bien. Dejé a un lado el costal y me quedé oyéndolo sin hacer otra cosa.

 Supe cómo me echaba a mí la culpa de haber matado a su hermano. Pero no había sido yo. Me acordaba quién había sido, y yo se lo hubiera dicho, aunque parecía que él no me dejaría lugar para platicarle cómo estaban las cosas.

 —Odilón y yo llegamos a pelearnos muchas veces —siguió diciéndome—. Era algo duro de entendeder y le gustaba encararse con todos, pero no pasaba de allí. Con unos cuantos golpes se calmaba. Y eso es lo que quiero saber: si te dijo algo, o te quiso quitar algo o qué fue lo que pasó. Pudo ser que te haya querido golpear y tú le madrugaste. Algo de eso ha de haber sucedido.

 Yo sacudí la cabeza para decirle que no, que yo no tenía nada que ver...
 —Oye —me atajó el Torrico—, Odilón llevaba ese día catorce pesos en la bolsa de la camisa. Cuando lo levanté, lo  esculqué y no encontré esos catorce pesos. Luego ayer supe que te habías comprado una frazada.

 Y eso era cierto. Yo me había comprado una frazada. Vi que se venían muy aprisa los fríos y el gabán que yo tenía estaba ya todito hecho garras, por eso fui a Zapotlán a conseguir una frazada. Pero para eso había vendido el par de chivos que tenía, y no fue con los catorce pesos de Odilón con lo que la compré. Él podía ver que si el costal se había llenado de agujeros se debió a que tuve que llevarme al chivito chiquito allí metido, porque todavía no podía caminar como yo quería.

 —Sábete de una vez por todas que pienso pagarme lo que le hicieron a Odilón, sea quien sea el que lo mató. Y yo sé quién fue —oí que me decía casi encima de mi cabeza.

 —De modo que fui yo? —le pregunté.

 —¿Y quién más? Odilón y yo éramos sinvergüenzas y lo que tú quieras, y no digo que no llegamos a matar a nadie; pero nunca lo hicimos por tan poco. Eso sí te lo digo a ti.

 La luna grande de octubre pegaba de lleno sobre el corral y mandaba hasta la pared de mi casa la sombra larga de Remigio. Lo vi que se movía en dirección de un tejocote y que agarraba el guango que yo siempre tenía recargado allí. Luego vi que regresaba con el guango en la mano.

 Pero al quitarse él de enfrente, la luz de la luna hizo brillar la aguja de arria, que yo había clavado en el costal. Y no sé por qué, pero de pronto comencé a tener una fe muy grande en aquella aguja. Por eso, al pasar Remigio Torrico por mi lado, desensarté la aguja y sin esperar otra cosa se la hundí a él cerquita del ombligo. Se la hundí hasta donde le cupo. Y allí la dejé.

 Luego luego se engarruñó como cuando da el cólico y comenzó a acalambrarse hasta doblarse poco a poco sobre las corvas y quedar sentado en el suelo, todo entelerido y con el susto asomándosele por    el ojo.

 Por un momento pareció como que se iba a enderezar para darme un machetazo con el guango; pero seguro se arrepintió o no supo ya qué hacer, soltó el guango y volvió a engarruñarse. Nada más eso hizo.
 Entonces vi que se le iba entristeciendo la mirada como si comenzara a sentirse enfermo. Hacía mucho que no me tocaba ver una mirada así de triste y me entró la lástima. Por eso aproveché para sacarle la aguja de arria del ombligo y metérsela más arribita, allí donde pensé que tendría el corazón. Y sí, allí lo tenía, porque nomás dio dos o tres respingos como un pollo descabezado y luego se quedó quieto.

 Ya debía haber estado muerto cuando le dije
 —Mira, Remigio, me has de dispensar, pero yo no maté a Odilón. Fueron los Alcaraces. Yo andaba por allí cuando él se murió, pero me acuerdo bien de que yo no lo maté. Fueron ellos, toda la familia entera de los Alcaraces. Se le dejaron ir encima, y cuando yo me di cuenta, Odilón estaba agonizando. Y sabes por qué? Comenzando porque Odilón no debía haber ido a Zapotlán. Eso tú lo sabes. Tarde o temprano tenía que pasarle algo en ese pueblo, donde había tantos que se acordaban mucho de él. Y tampoco los Alcaraces lo querían. Ni tú ni yo podemos saber qué fue a hacer él a meterse con ellos.

 «Fue cosa de un de repente. Yo acababa de comprar mi sarape y ya iba de salida cuando tu hermano le escupió un trago de mezcal en la cara a uno de los Alcaraces. El lo hizo por jugar. Se veía que lo había hecho por divertirse, porque los hizo reír a todos. Pero todos estaban borrachos. Odilón y los Alcaraces y todos. Y de pronto se le echaron encima. Sacaron sus cuchillos y se le apeñuscaron y lo aporrearon hasta no dejar de Odilón cosa que sirviera. De eso murió.

 »Como ves, no fui yo el que lo mató. Quisiera que te dieras cabal cuenta de que yo no me entrometí para nada.»

 Eso le dije al difunto Remigio.

 Ya la luna se había metido del otro lado de los encinos cuando yo regresé a la Cuesta de las Comadres con la canasta pizcadora vacía. Antes de volverla a guardar, le di unas cuantas zambullidas en el arroyo para que se le enjuagara la sangre. Yo la iba a necesitar muy seguido y no me hubiera gustado ver la sangre de Remigio a cada rato

 Me acuerdo que eso pasó allá por octubre, a la altura de las fiestas de Zapotlán. Y digo que me acuerdo que fue por esos días, porque en Zapotlán estaban quemando cohetes, mientras que por el rumbo donde tiré a Remigio se levantaba una gran parvada de zopilotes a cada tronido que daban los cohetes.

DISERTACIÓN

De: Manuel Salgado.

La disertación consiste en reflexionar o pensar concienzudamente sobre un tema cualquiera, con objeto de exponerlo ante un auditorio.

La conferencia o disertación es un medio de la expresión oral, cuyo objetivo es incrementar los conocimientos del auditorio sobre un tema determinado.

En la disertación se establece una comunicación: de un lado está la persona que habla, y del otro el público que escucha.

El conferenciante, al hablar de algún tema, tiene la oportunidad de ser brillante y cautivar al público con su manera de hablar.

La brillantez puede lograrla valiéndose de recursos diversos, como libros, discos, diapositivas, filmes, cintas magnetofónicas, etcétera.

La conferencia o disertación no debe exceder un hora de duración, salvo aquellos casos en que el tema tratado sea de mucha relevancia. Ahora bien, el disertante nunca debe olvidar las condiciones de la expresión oral.

Para que la disertación sea un éxito, el conferenciante, antes de comenzar, deberá tomar en cuenta las condiciones físicas del local, disposición del auditorio y el atuendo.

a)   Condiciones físicas del local.

El orador debe tomar como propia la responsabilidad de cerciorarse de que:

1.     La sala de conferencias sea lo suficientemente amplia.
2.     Se prepare una mesa especial para la prensa, si es que ha sido invitada.
3.     El aire y la luz sean suficientes.
4.     Los asientos sean suficientes para el grupo de personas que ha sido invitado.
5.     Haya un micrófono y una persona que se encargue de su funcionamiento.
6.     No haya teléfono para evitar distracciones.
7.     Haya agua y vasos para el conferenciante y miembros del presidium.
8.      

b)    Disposición del auditorio.

La colocación adecuada del público dentro de la sala de conferencias es de mucha importancia, pues de esta manera se evita que el hablante haga esfuerzos para ser escuchado por todos. El disertante debe procurar hablar de pie y no sentado, como una atención al público y, además, para que haya más libertad de movimiento.

 *******************************************************************************************

Actividades

1.- Realizar el análisis literario de la lectura "La cuesta de las comadres", de Juan Rulfo.
2.- Agregar el análisis, al blog. 
3.- Con respecto a la disertación, elabora un resumen y lo agregas al blog
4. Realiza el comentario del siguiente video   http://youtu.be/iiXS_OUFPTI